En La ideología Alemana Marx afirma que "las ideas de la clase dominante son en todas las épocas, las ideas dominantes. Este postulado, si bien hay que aplicarlo actualmente a instituciones que, en tiempos de Marx, tenían una existencia limitada, sería el punto de partida para un cuerpo teórico predictivo a respecto a los medios cuyos supuesto fundamental es la unidad de la "elite" de la sociedad, así como una subordinación de los demás sectores sociales a los intereses de la clase dominante.
Los medios de comunicación social, son una institución característica de la sociedad de clases, de acuerdo a estos enfoques, la visión del mundo que estos transmitirán, será acorde a los intereses y a la ideología de la clase dominante. De esta forma, la tendencia ideológica será la de evitar que otras fuerzas puedan crecer y ganar legitimidad al tiempo que las audiencias recibirán aquello que deseen dentro de los límites marcados por lo que no pueda considerarse peligroso para que continué el predominio de la clase dominante. Este particular punto de vista, transforma al estudio de la comunicación de masas en un trabajo cuyo objeto central es descubrir los complicados mecanismos subyacentes a través de los cuales la sociedad capitalista controla la producción, la distribución, el consumo y la ideología sin la necesidad de recurrir al poder coactivo del estado.
Sintetizando, Marx y Engels asignaban al Periodismo una tarea doble. Por un lado, misiones de carácter esencialmente informativo cognoscitivo; los medios de información y comunicación deben conocer y reflejar la realidad, la vida social, y transmitir la información adquirida a toda la sociedad, a todos sus miembros. Esto es, información a disposición de todos, accesible a todos. De ahí su oposición a toda censura y su insistencia en la crítica recíproca como medio de llegar al conocimiento.
Por el otro, para Marx y Engels las tareas y funciones del Periodismo y sus medios como instrumento de expresión y formación de la opinión pública están directamente ligadas al problema de la libertad, considerada por ellos en su forma de libertad de prensa y expresión como presupuesto principal y necesario para que el Periodismo pueda desempeñar sus funciones.
Para Marx, al decir de Vicente Romano, la verdadera libertad estriba en la independencia del pensamiento del autor, en la profundidad del contenido de su trabajo. Por independencia entiende originalidad en la elección del tema, reflejo de la realidad, análisis de todo el material y una configuración final acorde con la necesidad, partiendo de la comprensión del desarrollo histórico, de sus tendencias principales, de las necesidades reales de la sociedad. En mi opinión, todo ello resulta ser demasiado idealista y subjetivo, como para que funcione en una sociedad compleja como ésta contemporánea que nos está tocando vivir.
El miedo a la manipulación no debe, no puede, por otra parte, llevarnos al aislamiento anacoreta. Dice Bakunin (El sistema del anarquismo), y estoy de acuerdo con él, que:
"La libertad no implica renunciar al ejercicio de la influencia. La libertad de todo hombre es el resultado siempre renovado de una multitud de influencias físicas, intelectuales y morales a las cuales está sometido por el medio en el que ha nacido y en el que vive y muere. El deseo de escapar a esta influencia en nombre de una libertad trascendental, divina, autosuficiente y absolutamente egoísta, es la aspiración a la no existencia; renunciar a la influencia sobre los demás es renunciar a la acción social o inclusive a manifestar los propios pensamientos y sentimientos, lo cual significa de nuevo tender a la no existencia. Esta independencia tan exaltada por los idealistas y por los metafísicos, juntamente con una libertad individual concebida en este sentido, no es sino la nada". Tanto Karl Jaspers como el profesor M. Martín Serrano (La producción social de la comunicación) y el profesor de